Yo era como todos y sigo siéndolo pero en menor medida. Todos los comienzos de año me ponía mis grandes metas: adelgazar no se cuantos kilos, hacer deporte no se cuantos días a la semana, aprender inglés como el verdadero hijo de Shakespeare… y luego pasaba lo de siempre, al mes ya se me había olvidado todos mis propósitos. Había vuelto a ser derrotada en estas batallas. ¿Te suena verdad?